
Mi segundo embarazo y parto....
También supe que venía nuestro
segundo baby porque de nuevo sentí cuando lo
concebimos. Aparte tenía
demasiada hambre, agruras, sueño, etc, y me hice una
prueba 1 semana antes de mi
fecha de regla y salió positiva!! tenue la
segunda rayita, pero ahí
estaba, y el día que tenía que bajarme, me fui al
laboratorio para corroborar y
era un hermoso POSITIVO. Todo tranquilo, feliz!
temerosa por un aborto
espontáneo que había tenido anteriormente, pero
optimista de que todo iba a
estar bien. Mis náuseas comenzaron a las 6
semanas, me atacaron duro,
igual los vómitos y de nuevo comencé con gastritis
fuerte y le llamé a mi
doctora y le pedí que me recetara inyecciones, pues
no quería volver a pasar lo
mismo que en mi anterior embarazo. Y así fue:
inyecciones, 1 diaria por 3
días fueron suficientes, obviamente de pronto
vomitaba pero era una vez
cada 4 días , ya no 5 veces al día!! con este bebé sólo
vomité en mi casa, nunca en
ninguna otra parte ; siempre alcanzaba a llegar,
solo a mi baño iba a vomitar.
Sinceramente yo
sentía mucha diferencia, sabía que este baby
iba a ser todo lo contrario a
su hermano. De ciática, me estaba dando pero me la
controlaron con homeopatía y
pude disfrutar de todo el embarazo sin
restricciones.
Decidimos dar a luz en
nuestro hogar y encontramos una partera que nos
recomendaron.
Mi embarazo siempre fue
perfecto, todos mis ultrasonidos concordaban con
mis fechas, es decir: no
tenía mi hijo ni una semana más ni una menos, para mis
últimas semanas él ya estaba
perfectamente encajado. En mi último ultrasonido
que fue el día 14 de Abril
del 2007, mostraba que tenía 37 semanas con 4 días, y
efectivamente, de acuerdo a
mi última regla así era. A mis 38 semanas recién
cumplidas, a las 9am del 17
de abril del 2007 comencé a arrojar el tapón, poco a
poco. Yo estuve muy
tranquila, muy relajada y así comenzamos a preparar todo
para la llegada de nuestro
bebito en nuestro hogar. Yo estaba muy tranquila,
me metía a bañar cuando me
sentía inquieta, escuchaba música, me relajé.
A las 5pm de ese mismo día
comencé con contracciones a cada hora, por lo que
nos comunicamos con la
partera para preguntarle qué debíamos hacer. Ella me
pidió ir a revisión a su
consultorio, lo cual no me pareció nada correcto puesto
que yo tenía entendido que
ella iría a mi casa, tomando en cuenta que mi trabajo
de parto ya había comenzado.
Desgraciadamente nos tocó hora pico en el tráfico y
con el desplazamiento me
estresé mucho, pues yo vivo en Cuautitlán y ella por el
aeropuerto.
Ya estando en el consultorio
me hizo un tacto en el cual resultó que tenía
tres de dilatación. Cuando
salí de ahí ya eran las 9 de la noche.
Nos fuimos a casa, y toda la
madrugada tuve contracciones fuertes pero
nada alarmante; eran cada 20
o 25 minutos… El 18 de abril a las 9am, llegaron
las parteras. Una de ellas me
hizo otro tacto y tenía 4 de dilatación, me
dijo que no iba bien, que iba
muy lenta, yo me sentí muy mal, como si no
estuviera haciendo las cosas bien.
Nunca me dio una sola palabra de aliento o de
ánimo, en seguida me mandó a
acostar y no sé porqué le hice caso, pero me
acosté. En ese preciso
momento yo necesitaba a mi primer hijo, lo quería
conmigo, pero la señora no me
permitió verlo, según esto para que me concentrara
en lo mío y no tuviera
distracciones; así que lo sacó de mi recámara, y le
cerraba la puerta cada vez
que quería entrar. Asimismo me pidió que
no platicara con mi marido,
lo cual me puso muy tensa. Yo tenía ya un nudo en
la garganta, me sentía a
merced de la señora. En las siguientes horas no sé
cuantos tactos más me hizo,
pero con cada tacto me lastimaba mucho y lo hacía
justo en contracciones,
además de que me “regañaba” porque iba lenta. Recuerdo
que ella le preguntaba a la
otra partera “¿Si caben tantos dedos, cuántos
centímetros son?…”Por
supuesto, esto se me hizo muy poco profesional y no me
dio confianza. Pronto me dio
homeopatía para dilatar más, me manteó, me puso a
gatear porque dijo que mi
bebé estaba chocando con mi hueso y que por eso no
dilataba. También me dijo que
como me pusieron oxitocina en mi primer parto, yo
no iba a poder tener un parto
natural si no era con oxitocina. ¡Vaya ánimos!
-me dije-.Escuchó la
frecuencia cardiaca de mi bebito y era de 140
latidos por minuto, y me dijo
que ya era hora de irnos al hospital porque mi
bebé estaba sufriendo mucho y
se podía morir. Obviamente, mi esposo y
yo aceptamos. Yo lloré mucho
por no poder tenerlo en casa, pero sabía que
primero estaba su vida y nos
fuimos al hospital. Ella no dejó que me fuera
en el carro con mi esposo,
sino con ella, y en el camino tuve siete
contracciones muy fuertes.
Llegamos al hospital. No llegaba el
anestesiólogo y yo ya tenía
muchas contracciones bastante seguidas. A la partera
la noté muy nerviosa; sin
embargo, aunque estuvimos aproximadamente una hora
esperando al anestesiólogo,
ninguna de las 2 parteras escucharon la
frecuencia cardiaca de mi
bebé…. ¿No era esa la razón de ser de la cesárea
que me practicarían? ¿Por qué
no estaban pendientes? Eso me hace pensar ahora
que no era verdad que estaba
sufriendo mi bebé. Es decir, si estaban tan
preocupadas por la frecuencia
cardiaca de mi bebito ¿Por qué no se habían
acercado a escucharlo durante
todo ese tiempo? Tan es así quelas parteras
estaban en mi habitación
comiéndose un gansito. A partir de ahí todo pasó muy
rápido para mí, yo me sentía
en shock. Por fin llegó el anestesiólogo y en
seguida me metieron a
quirófano, me pusieron anestesia pero ésta me puso muy
mal, me estaba desmayando, quería
vomitar, sentí frío..muy feo! Pronto la
sensación pasó, cortaron, y
no sentí más que un jaloncito la primera vez, yo
estaba muy feliz porque ya
iba a conocer a mi bebito, pero comencé a sentir
todo! Tenía mucho dolor,
ardor ¡ la anestesia me hizo efecto de la cintura para
arriba, yo no sentía brazos,
el pecho lo sentía dormido, fue una sensación muy
desagradable. Fue algo
terrible! Yo gritaba mucho, suplicaba que pararan.
Lloraba, pero nadie me escuchaba,
sólo mi esposo que estaba angustiado al
verme así (gracias a Dios
pasó conmigo al quirófano).
El anestesiólogo me decía que
no gritara, y me acariciaba el cabello tratando
de tranquilizarme…Pronto,
escuché llorar a mi bebito, en cuanto lo sacaron, si
no es que antes, mi hijo ya
estaba llorando, y daba unos gritos tremendos, se
movía muchísimo, estaba rojo
rojo, calientito. Me lo dieron sólo para darle un
beso y lo pusieron en una
esquina diciendo que estaba malito, que había tragado
líquido; le sacaron las
flemitas y estuvo minutos con ambiente húmedo, pero él
seguía llorando y agitando
brazos y piernas .Me cosieron, ahí ya no sentí nada…
me llevaron a mi cuarto de
inmediato. Yo estaba muy ansiosa porque quería ver a
mi bebito, estaba angustiada,
preocupada, aunque todavía no sentía las
piernas, las movía, tuve
mucha ansiedad. ¡Mucha angustia! Quería salir corriendo
de ahí para ver a mi niño.
Llegó la partera al cuarto y me regañó, me dijo
que no me moviera porque se
podía abrir la herida, y que el cirujano ya se había
ido, así que me podría venir
una hemorragia y ni quien me salvara… quiso decir
que me podía morir.
Yo me paralicé e hice un gran
esfuerzo por quedarme dormida. Al despertar, ya
estaba mi bebito conmigo y yo
escuchaba un quejidito cuando respiraba. Me
dijeron que era porque le
dolía la pancita por haber tragado líquido. La partera
me pidió que no le diera
leche materna porque yo estaba débil, ya que un día
antes no había comido bien y
ese día no traía nada en el estómago; entonces
llegó con un biberón lleno de
fórmula diciéndome que no me iba a salir leche ese
día, y que era mejor
alimentar a mi hijo así pues necesitaban ver si orinaba
bien. Yo acepté, “por la
salud” de mi bebito; sin embargo, en cuanto se fue ella
mi instinto me hizo pegármelo
al pecho, ¡Y sí salió calostro! Al fin me
dieron el alta, y en el
certificado de nacimiento la partera puso lo siguiente:
41 semanas APGAR: 5 y 7.
Le preguntamos asombrados por
esto, y nos respondió que las semanas eran
correctas, que mi bebé no
tenía 38 si no 41 semanas, y por eso estaba
sufriendo. Yo le dije que eso
no era verdad, y contestó que sí, que yo me había
equivocado con mi fecha de
última regla. Dijo también que el tamaño y el peso
eran de un niño de 41
semanas: ¡Si mi hijo pesó 3.250 y midió 50cm!.Habíamos
elegido tener un parto en
casa para tener un trato digno, un ambiente de amor
donde recibiríamos a nuestro
bebito, sin estrés, y resultó todo lo
contrario. Todo comenzó al ir
a casa de la partera el día anterior al parto,
no debí aceptar. Ahora, jamás
me dijo una palabra de aliento, nunca. Al
contrario, para ella todo
estaba mal, yo iba muy lenta. Me prohibió hablar con
mi esposo, le cerró la puerta
a mi hijo en la nariz. ¡Y no saben qué rabia me da
al recordarlo! Nunca dejó que
mi mamá entrara a mi recámara, y mi mamá tuvo que
subir casi a escondidas,
aprovechando que la partera había salido a caminar. Yo
confié ciegamente en ella; mi
esposo y yo, confiamos en ella, pusimos nuestras
vidas en sus manos. En ese
entonces me sentí mal porque creí que iba a tener
un trato más humano y digno.
¡Bendito Dios que no pasó nada grave, porque no sé
si estaríamos aquí! Y aunque
no reniego de mi cesárea, debo decir que yo sólo
buscaba un parto respetado y
hermoso, y no lo tuve, más bien tuve una cesárea no
respetada.
Me recuperé muy rápido
gracias a Dios y a los cuidados de mi marido y mi
mami. Mi hijo mayor
maravillado con su nuevo hermanito..Y así fue el
nacimiento de un nene hermoso
que es una bala!! Nada lo detiene. Es un niño muy cariñoso con un
carácter bastante fuerte. Es un niño muy luchón y muy
inteligente. Es un amor.
Agradezco a la partera por
declararse con esa actitud, incompetente para
hacer vivir a mi hijo y recurrir
a la cesárea… sólo que nos hubiéramos
evitado estos malos ratos si me
hubiera dicho desde un principio: tu bebé
viene en posición incorrecta,
no me siento capaz de hacer una maniobra para
hacer salir vivo a tu bebé,
mejor vámonos a la cesárea.. Lo hubiéramos
entendido perfecto y nos
hubiéramos ahorrado tantas preguntas, tantos
porqués.. pero en lugar de
aceptar que no podía hacer nada, se escudó en
decirme que mi bebe estaba
sufriendo, cuando no fue cierto.
Agradezco a la partera que me
haya hecho la cesárea, aunque no de acuerdo con
sus motivos. No dudo que sea
buena partera, a muchas les ha ido bien y qué
bueno!!pero a nosotros no! Y nos
sentimos muy muy contentos de aceptar mi
cesárea como necesaria.
Aunque desgraciadamente el trato no fue correcto, me
siento liberada! Sé que
muchas mujeres no entienden y se les hace patético eso de
las cesáreas innecesarias..
no juzguen… muchas lo ven como una simple
alternativa de nacer, una
simple forma de nacer, una simple cirugía.. pero
otras no, y así como se
respeta a quien decida una cesárea por gusto, también
se debe respetar a quien se
siente mal por ello.. que lo importante es que el
bebé esta bien? claro que sí!
pero también cuentan los sentimientos de la madre.
Se que no lo entiende mucha
gente.. pero solo respeto y tolerancia
Cometimos muchos errores en
este, nuestro segundo parto, pero ya perdoné y ya
me perdoné. Después de este
parto nació en mí con más fuerza la idea de un
parto hermoso y respetado,
natural. Pronto lograríamos ese sueño.
También supe que venía nuestro
segundo baby porque de nuevo sentí cuando lo
concebimos. Aparte tenía
demasiada hambre, agruras, sueño, etc, y me hice una
prueba 1 semana antes de mi
fecha de regla y salió positiva!! tenue la
segunda rayita, pero ahí
estaba, y el día que tenía que bajarme, me fui al
laboratorio para corroborar y
era un hermoso POSITIVO. Todo tranquilo, feliz!
temerosa por un aborto
espontáneo que había tenido anteriormente, pero
optimista de que todo iba a
estar bien. Mis náuseas comenzaron a las 6
semanas, me atacaron duro,
igual los vómitos y de nuevo comencé con gastritis
fuerte y le llamé a mi
doctora y le pedí que me recetara inyecciones, pues
no quería volver a pasar lo
mismo que en mi anterior embarazo. Y así fue:
inyecciones, 1 diaria por 3
días fueron suficientes, obviamente de pronto
vomitaba pero era una vez
cada 4 días , ya no 5 veces al día!! con este bebé sólo
vomité en mi casa, nunca en
ninguna otra parte ; siempre alcanzaba a llegar,
solo a mi baño iba a vomitar.
Sinceramente yo
sentía mucha diferencia, sabía que este baby
iba a ser todo lo contrario a
su hermano. De ciática, me estaba dando pero me la
controlaron con homeopatía y
pude disfrutar de todo el embarazo sin
restricciones.
Decidimos dar a luz en
nuestro hogar y encontramos una partera que nos
recomendaron.
Mi embarazo siempre fue
perfecto, todos mis ultrasonidos concordaban con
mis fechas, es decir: no
tenía mi hijo ni una semana más ni una menos, para mis
últimas semanas él ya estaba
perfectamente encajado. En mi último ultrasonido
que fue el día 14 de Abril
del 2007, mostraba que tenía 37 semanas con 4 días, y
efectivamente, de acuerdo a
mi última regla así era. A mis 38 semanas recién
cumplidas, a las 9am del 17
de abril del 2007 comencé a arrojar el tapón, poco a
poco. Yo estuve muy
tranquila, muy relajada y así comenzamos a preparar todo
para la llegada de nuestro
bebito en nuestro hogar. Yo estaba muy tranquila,
me metía a bañar cuando me
sentía inquieta, escuchaba música, me relajé.
A las 5pm de ese mismo día
comencé con contracciones a cada hora, por lo que
nos comunicamos con la
partera para preguntarle qué debíamos hacer. Ella me
pidió ir a revisión a su
consultorio, lo cual no me pareció nada correcto puesto
que yo tenía entendido que
ella iría a mi casa, tomando en cuenta que mi trabajo
de parto ya había comenzado.
Desgraciadamente nos tocó hora pico en el tráfico y
con el desplazamiento me
estresé mucho, pues yo vivo en Cuautitlán y ella por el
aeropuerto.
Ya estando en el consultorio
me hizo un tacto en el cual resultó que tenía
tres de dilatación. Cuando
salí de ahí ya eran las 9 de la noche.
Nos fuimos a casa, y toda la
madrugada tuve contracciones fuertes pero
nada alarmante; eran cada 20
o 25 minutos… El 18 de abril a las 9am, llegaron
las parteras. Una de ellas me
hizo otro tacto y tenía 4 de dilatación, me
dijo que no iba bien, que iba
muy lenta, yo me sentí muy mal, como si no
estuviera haciendo las cosas bien.
Nunca me dio una sola palabra de aliento o de
ánimo, en seguida me mandó a
acostar y no sé porqué le hice caso, pero me
acosté. En ese preciso
momento yo necesitaba a mi primer hijo, lo quería
conmigo, pero la señora no me
permitió verlo, según esto para que me concentrara
en lo mío y no tuviera
distracciones; así que lo sacó de mi recámara, y le
cerraba la puerta cada vez
que quería entrar. Asimismo me pidió que
no platicara con mi marido,
lo cual me puso muy tensa. Yo tenía ya un nudo en
la garganta, me sentía a
merced de la señora. En las siguientes horas no sé
cuantos tactos más me hizo,
pero con cada tacto me lastimaba mucho y lo hacía
justo en contracciones,
además de que me “regañaba” porque iba lenta. Recuerdo
que ella le preguntaba a la
otra partera “¿Si caben tantos dedos, cuántos
centímetros son?…”Por
supuesto, esto se me hizo muy poco profesional y no me
dio confianza. Pronto me dio
homeopatía para dilatar más, me manteó, me puso a
gatear porque dijo que mi
bebé estaba chocando con mi hueso y que por eso no
dilataba. También me dijo que
como me pusieron oxitocina en mi primer parto, yo
no iba a poder tener un parto
natural si no era con oxitocina. ¡Vaya ánimos!
-me dije-.Escuchó la
frecuencia cardiaca de mi bebito y era de 140
latidos por minuto, y me dijo
que ya era hora de irnos al hospital porque mi
bebé estaba sufriendo mucho y
se podía morir. Obviamente, mi esposo y
yo aceptamos. Yo lloré mucho
por no poder tenerlo en casa, pero sabía que
primero estaba su vida y nos
fuimos al hospital. Ella no dejó que me fuera
en el carro con mi esposo,
sino con ella, y en el camino tuve siete
contracciones muy fuertes.
Llegamos al hospital. No llegaba el
anestesiólogo y yo ya tenía
muchas contracciones bastante seguidas. A la partera
la noté muy nerviosa; sin
embargo, aunque estuvimos aproximadamente una hora
esperando al anestesiólogo,
ninguna de las 2 parteras escucharon la
frecuencia cardiaca de mi
bebé…. ¿No era esa la razón de ser de la cesárea
que me practicarían? ¿Por qué
no estaban pendientes? Eso me hace pensar ahora
que no era verdad que estaba
sufriendo mi bebé. Es decir, si estaban tan
preocupadas por la frecuencia
cardiaca de mi bebito ¿Por qué no se habían
acercado a escucharlo durante
todo ese tiempo? Tan es así quelas parteras
estaban en mi habitación
comiéndose un gansito. A partir de ahí todo pasó muy
rápido para mí, yo me sentía
en shock. Por fin llegó el anestesiólogo y en
seguida me metieron a
quirófano, me pusieron anestesia pero ésta me puso muy
mal, me estaba desmayando, quería
vomitar, sentí frío..muy feo! Pronto la
sensación pasó, cortaron, y
no sentí más que un jaloncito la primera vez, yo
estaba muy feliz porque ya
iba a conocer a mi bebito, pero comencé a sentir
todo! Tenía mucho dolor,
ardor ¡ la anestesia me hizo efecto de la cintura para
arriba, yo no sentía brazos,
el pecho lo sentía dormido, fue una sensación muy
desagradable. Fue algo
terrible! Yo gritaba mucho, suplicaba que pararan.
Lloraba, pero nadie me escuchaba,
sólo mi esposo que estaba angustiado al
verme así (gracias a Dios
pasó conmigo al quirófano).
El anestesiólogo me decía que
no gritara, y me acariciaba el cabello tratando
de tranquilizarme…Pronto,
escuché llorar a mi bebito, en cuanto lo sacaron, si
no es que antes, mi hijo ya
estaba llorando, y daba unos gritos tremendos, se
movía muchísimo, estaba rojo
rojo, calientito. Me lo dieron sólo para darle un
beso y lo pusieron en una
esquina diciendo que estaba malito, que había tragado
líquido; le sacaron las
flemitas y estuvo minutos con ambiente húmedo, pero él
seguía llorando y agitando
brazos y piernas .Me cosieron, ahí ya no sentí nada…
me llevaron a mi cuarto de
inmediato. Yo estaba muy ansiosa porque quería ver a
mi bebito, estaba angustiada,
preocupada, aunque todavía no sentía las
piernas, las movía, tuve
mucha ansiedad. ¡Mucha angustia! Quería salir corriendo
de ahí para ver a mi niño.
Llegó la partera al cuarto y me regañó, me dijo
que no me moviera porque se
podía abrir la herida, y que el cirujano ya se había
ido, así que me podría venir
una hemorragia y ni quien me salvara… quiso decir
que me podía morir.
Yo me paralicé e hice un gran
esfuerzo por quedarme dormida. Al despertar, ya
estaba mi bebito conmigo y yo
escuchaba un quejidito cuando respiraba. Me
dijeron que era porque le
dolía la pancita por haber tragado líquido. La partera
me pidió que no le diera
leche materna porque yo estaba débil, ya que un día
antes no había comido bien y
ese día no traía nada en el estómago; entonces
llegó con un biberón lleno de
fórmula diciéndome que no me iba a salir leche ese
día, y que era mejor
alimentar a mi hijo así pues necesitaban ver si orinaba
bien. Yo acepté, “por la
salud” de mi bebito; sin embargo, en cuanto se fue ella
mi instinto me hizo pegármelo
al pecho, ¡Y sí salió calostro! Al fin me
dieron el alta, y en el
certificado de nacimiento la partera puso lo siguiente:
41 semanas APGAR: 5 y 7.
Le preguntamos asombrados por
esto, y nos respondió que las semanas eran
correctas, que mi bebé no
tenía 38 si no 41 semanas, y por eso estaba
sufriendo. Yo le dije que eso
no era verdad, y contestó que sí, que yo me había
equivocado con mi fecha de
última regla. Dijo también que el tamaño y el peso
eran de un niño de 41
semanas: ¡Si mi hijo pesó 3.250 y midió 50cm!.Habíamos
elegido tener un parto en
casa para tener un trato digno, un ambiente de amor
donde recibiríamos a nuestro
bebito, sin estrés, y resultó todo lo
contrario. Todo comenzó al ir
a casa de la partera el día anterior al parto,
no debí aceptar. Ahora, jamás
me dijo una palabra de aliento, nunca. Al
contrario, para ella todo
estaba mal, yo iba muy lenta. Me prohibió hablar con
mi esposo, le cerró la puerta
a mi hijo en la nariz. ¡Y no saben qué rabia me da
al recordarlo! Nunca dejó que
mi mamá entrara a mi recámara, y mi mamá tuvo que
subir casi a escondidas,
aprovechando que la partera había salido a caminar. Yo
confié ciegamente en ella; mi
esposo y yo, confiamos en ella, pusimos nuestras
vidas en sus manos. En ese
entonces me sentí mal porque creí que iba a tener
un trato más humano y digno.
¡Bendito Dios que no pasó nada grave, porque no sé
si estaríamos aquí! Y aunque
no reniego de mi cesárea, debo decir que yo sólo
buscaba un parto respetado y
hermoso, y no lo tuve, más bien tuve una cesárea no
respetada.
Me recuperé muy rápido
gracias a Dios y a los cuidados de mi marido y mi
mami. Mi hijo mayor
maravillado con su nuevo hermanito..Y así fue el
nacimiento de un nene hermoso
que es una bala!! Nada lo detiene. Es un niño muy cariñoso con un
carácter bastante fuerte. Es un niño muy luchón y muy
inteligente. Es un amor.
Agradezco a la partera por
declararse con esa actitud, incompetente para
hacer vivir a mi hijo y recurrir
a la cesárea… sólo que nos hubiéramos
evitado estos malos ratos si me
hubiera dicho desde un principio: tu bebé
viene en posición incorrecta,
no me siento capaz de hacer una maniobra para
hacer salir vivo a tu bebé,
mejor vámonos a la cesárea.. Lo hubiéramos
entendido perfecto y nos
hubiéramos ahorrado tantas preguntas, tantos
porqués.. pero en lugar de
aceptar que no podía hacer nada, se escudó en
decirme que mi bebe estaba
sufriendo, cuando no fue cierto.
Agradezco a la partera que me
haya hecho la cesárea, aunque no de acuerdo con
sus motivos. No dudo que sea
buena partera, a muchas les ha ido bien y qué
bueno!!pero a nosotros no! Y nos
sentimos muy muy contentos de aceptar mi
cesárea como necesaria.
Aunque desgraciadamente el trato no fue correcto, me
siento liberada! Sé que
muchas mujeres no entienden y se les hace patético eso de
las cesáreas innecesarias..
no juzguen… muchas lo ven como una simple
alternativa de nacer, una
simple forma de nacer, una simple cirugía.. pero
otras no, y así como se
respeta a quien decida una cesárea por gusto, también
se debe respetar a quien se
siente mal por ello.. que lo importante es que el
bebé esta bien? claro que sí!
pero también cuentan los sentimientos de la madre.
Se que no lo entiende mucha
gente.. pero solo respeto y tolerancia
Cometimos muchos errores en
este, nuestro segundo parto, pero ya perdoné y ya
me perdoné. Después de este
parto nació en mí con más fuerza la idea de un
parto hermoso y respetado,
natural. Pronto lograríamos ese sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por tu comentario