13 mar 2012

♥Mitos y realidades de la lactancia materna

Este artículo me gustó mucho!! pues aveces los mitos
interfieren con buenas lactancias.. o truncan lactancias...


MITO: “Hay madres que no producen suficiente
leche”

REALIDAD: Es prácticamente imposible que una
madre no tenga la capacidad de producir leche. El bebé, al igual que cualquier
cría mamífera controla la cantidad de leche que debe producir su madre, en
nuestra especie hay que respetar la demanda del bebé, es decir, dejarlo que tome
todas las veces que el bebé lo necesite, asegurando una correcta prendida al
pecho. Hay que tener especial cuidado los primeros días, ya que puede ocurrir
que los recién nacidos no despierten tan a menudo como lo necesitan, por lo que
hay que despertarlos para que por lo menos mamen ocho a doce veces en 24 horas.
Finalmente se concluye, que un bebé que succiona correctamente del pecho,
respetando su demanda (que no debe ser inferior a ocho o doce veces en 24 hs.) y
sin interrumpir la mamada, es capaz de controlar la producción láctea.

MITO: “La lactancia debe ser manejada por el adulto, se debe
amamantar cada 2-3 horas quince minutos de cada lado, organizando la conducta
del bebé y dejando ese tiempo para que se llenen los
pechos”

REALIDAD: Este concepto fue difundido
durante mucho tiempo (por lo que se sigue difundiendo aún hoy), sin embargo las
investigaciones científicas han demostrado que la lactancia restringida a
horario, está asociada al fracaso de la lactancia en un alto número de casos por
no respetar las necesidades biológicas de los bebés. Es un concepto ANTIGUO que
debiera ser desterrado. La lactancia es perfectamente controlada por las
necesidades del bebé quién sabe cuando quiere y necesita mamar, si bien algunos
siguen un horario bastante fijo otros son más impredecibles y no piden a ritmo
fijo, todos lo hacen bien. El reloj apareció muchísimos años después que la
humanidad amamantara. También es el niño quien suelta el pecho cuando está
satisfecho. Por último las glándulas mamarias femeninas NO SON reservorios de
leche que el niño deba vaciar en las tomas, solo son capaces de acumular un poco
de leche, pero la mayor cantidad de lo que el niño consume se produce en el
momento mismo de la mamada, mientras succiona.


MITO: “Está usando el pecho de chupete, y eso no
esta bien”

REALIDAD: Los patrones de succión del niño varían de acuerdo con sus necesidades, de este modo el niño muestra una succión nutritiva y otra de consuelo (que es la que no está bien vista equivocadamente) Esto es por que el niño encuentra en el pecho no solo el alimento que necesita, sino también el contacto y consuelo que es tan importante como el alimento mismo, si el niño se siente solo, con miedo o si simplemente necesita el cariño de su madre seguramente pida nuevamente el pecho aunque hayan
pasados pocos minutos de la última toma. Concluimos entonces que el pecho es
fuente de alimentación y consuelo, iguales de importantes para el desarrollo del
niño.

MITO: “La madre que amamanta debe tener una dieta especial y
restringir ciertos alimentos, para evitar gases y cólicos en los
niños”

REALIDAD: Es muy frecuente escuchar que la
madre que amamanta no debe tomar gaseosas o ciertos alimentos que puedan cambiar
el sabor de la leche, como ajo, coles, cebollas, que además pueden ser la causa
de gases en los bebés. El único alimento que se relaciona con cólicos es la
leche de vaca consumida por la madre (en algunos casos), el resto de los
alimentos pueden ser ingeridos, y si bien es una realidad que la leche cambia de
sabor y color por la dieta de la madre, eso no significa que el bebé no lo
acepte, el bebé amamantado se habitúa a alimentarse con una leche que tiene
distintos sabores, y esto tiene un importante sentido, ya que lo va entrenando
para lo que será su comida cuando sea más grande. Sí es conveniente que la madre
limite el consumo de café, bebidas colas, té, mate y chocolates; que pueden
provocar irritabilidad y llanto en los bebés.

MITO: “Hay mujeres que tienen la leche aguada y no es buena para el
bebé, porque no lo llena”

REALIDAD: Al comienzo de
la mamada TODAS las mujeres tienen la leche con un color blancuzco transparente,
eso es lo normal, sin embargo al final de la mamada podrán ver que es más blanca
cremosa. Ese es el color normal de la leche humana y es excelente para los bebés
tiene todo lo que necesitan. Cada especie mamífera tiene sus propias
características, por ejemplo, la leche del canguro es rosada, la de la foca
amarilla y la de la vaca es blanca (no comparar con la leche que estamos
acostumbrados a ver en la heladera que es de vaca!) Cada leche está diseñada
para la propia cría mamífera y sus necesidades.

MITO: “Los pezones adoloridos y grietas del pezón ocurren en mujeres
con pieles delicadas, en quienes no prepararon sus pezones y en aquellas madres
que tienen el bebé en el pecho por períodos
prolongados”

REALIDAD: Está demostrado que nada de
todo esto tiene un asidero científico, la incidencia de pezones adoloridos, como
así también de grietas del pezón tienen la misma incidencia en las mujeres con
distintos tipos de pieles, como también en aquellas que preparaban sus pezones
de las que no lo hacían. Tampoco los períodos prolongados que el bebé pasa en el
pecho es la causa. Lo que se sabe que SI provoca dolor y grietas es la mala
colocación del niño al pecho, asociado a una mala prendida del bebé. Es entonces
muy importante una correcta colocación desde el principio. Existen además causas
infecciosas y vasculares que también causan dolor de pezones y que debe ser
evaluada por el médico.

MITO: “El niño debe vaciar los dos pechos en cada
mamada”

REALIDAD: Es mejor que el niño termine de
tomar del primer pecho antes de ofrecer el segundo, aunque esto signifique que
rechace el segundo lado durante esa toma. La leche del final de la toma es rica
en grasas (aportando mayor cantidad de calorías) y ésta se obtiene gradualmente
a medida que el niño va vaciando el pecho. Algunos niños si se los cambia en
forma prematura, se llenarán con la primera leche, y no obtendrán el equilibrio
natural entre la primera y la leche final. Como resultado el niño consumirá
menos calorías, se mostrará insatisfecho, y puede ser una de las causas de no
progresión de peso las primeras semanas. Además pueden presentar cólicos,
deposiciones explosivas líquidas (por la gran cantidad de lactosa que toman por
el cambio prematuro) y mostrarse irritable.

MITO: “Si ya incorporaste complementos perderás la
lactancia”

REALIDAD: Existen diferentes situaciones
que llevan a la madre a complementar con fórmula a sus bebés, pero SIEMPRE se
puede revertir la situación y volver a la lactancia materna exclusiva si la
madre así lo desea. Hay muchos recursos para volver a amamantar exclusivamente
al bebé.

MITO: “Los bebés amamantados no duermen bien durante las
noches”

REALIDAD: Que los bebés duerman solos y
toda la noche es una pretensión culturalmente aceptada, que en realidad difiere
de las necesidades nutricionales y psicológicas de los niños. Los bebés crecen a
un ritmo acelerado y en la mayoría de ellos el 25% de la leche la consumen
durante la noche. Por otro lado al ser inmaduros tienen un sueño superficial,
que es un mecanismo protector del sueño de los niños. En la naturaleza todo
tiene un sentido, y eso es lo mejor para los niños. A medida que el bebé crece,
se irá adaptando a la vida y no necesitará despertarse tan a menudo. De todas
formas, el bebé puede dormir cerca de su madre, así en el caso que despierte su
hijo, lo puede colocar junto a ella y darle de mamar acostada y volver a dormir
una vez que el niño haya terminado.

MITO: “Después del año la leche no es tan buen
alimento”

REALIDAD: La composición de la leche
materna cambia de acuerdo con las necesidades del niño, a medida que el niño
madura. Pero la leche materna debiera seguir siendo su fuente primordial de
alimentación durante los dos primeros años, a pesar de los seis meses
complementada con alimentos. Si bien el niño al año recibe otros alimentos, la
leche le aporta nutrientes esenciales para el desarrollo del cerebro, y defensas
inmunológicas. Ya que el niño tarda entre dos a seis años en madurar su propio
sistema inmunológico. Se concluye entonces que después del primer año no solo
que es excelente, sino que además es irremplazable, ya que no hay otro alimento
que le aporte lo que tiene la leche humana.

MITO: “La baja producción láctea se
hereda”

REALIDAD: La producción de leche no tiene
nada que ver con la suerte o la herencia, sino que tiene que ver con la
frecuencia que se coloca a mamar al niño, prendido eficientemente. Pero sí es
importante reconocer que el hecho de que en el entorno de una pareja lactante
haya otra madre que no haya vivido una buena experiencia, puede influir con
comentarios poco felices en la nueva madre, disminuyendo su confianza. Esto no
ocurrirá si está bien informada.

MITO: “Para producir leche hay que consumir
leche”

REALIDAD: Es muy frecuente escuchar que la
madre lactante debe aumentar el consumo de leche para hacer frente a la demanda
de calcio aumentada por la lactancia. Sin embargo una dieta rica saludable de
verduras, frutas, cereales y proteínas es todo lo que una madre necesita para
nutrirse y producir leche. Es conveniente no aumentar el consumo de lácteos de
lo que habitualmente consumía la madre, porque esto está relacionado a alergias
en el bebé (por proteínas de la leche de vaca que pasan a la leche materna). El
calcio se puede obtener de una gran variedad de fuentes no relacionadas con los
lácteos, como las verduras verdes, semillas, frutos secos y pescados como la
sardina y el salmón. Por último ningún otro mamífero toma leche para producir
leche.

MITO: “Algunos niños son alérgicos a la leche
materna”

REALIDAD: La leche materna es la sustancia
más natural y fisiológica que el niño pueda ingerir. Si el bebé muestra signos
de sensibilidad relacionadas con la alimentación, en general se debe a alguna
proteína ajena que ha logrado llegar a la leche materna, y no a la leche materna
en sí (es frecuente cuando la madre aumenta el consumo de lácteos) Esto se
remedia eliminando el posible alimento ofensivo de la dieta de la madre solo por
un tiempo.

MITO: “Dar el pecho acostada aumenta el riesgo de infecciones de
oídos”

REALIDAD: Dado que la leche materna es un
fluido vivo, lleno de células del sistema inmunológico, anticuerpos e
inmunoglobulinas, el bebé lactante tiene menos probabilidad de desarrollar
infecciones de oído independientemente de la postura que se utilice.

MITO: “Dar pecho a demanda, genera niños dependientes y trastornos de
pareja”

REALIDAD: El pecho a demanda es una
necesidad de los bebés, cuando la madre responde a las necesidades de los niños
ayuda al desarrollo de una personalidad segura en su hijo, que cuando sea más
grande se traducirá en un individuo independiente. Sin embargo el bebé debe
tener una relación de dependencia con su madre, porque la cría humana es
inmadura desde el punto de vista fisiológico y psicológico. Pretender
independencia cuando son bebés (que una etapa caracterizada por la dependencia)
no está bien. El pecho a demanda es lo que naturalmente ofrece la naturaleza
para que la madre responda sensiblemente a las necesidades de los bebés, esto
genera una sincronicidad entre la madre y el hijo y fortalece el vínculo.
Los padres maduros se dan cuenta de que las necesidades del bebé son
muy intensas, pero van disminuyendo con el tiempo. De hecho, el trabajo en
equipo que se realiza al cuidar de un recién nacido puede unir a la pareja
conforme aprenden a ser padres juntos.

MITO: “La lactancia materna demasiado frecuente, puede causar
obesidad en el niño de adulto"

REALIDAD: Los estudios científicos demuestran que los niños amamantados auto controlan la ingesta de acuerdo con sus propias necesidades, y es prácticamente nula la incidencia de obesidad. Es la alimentación con fórmulas lácteas, y la
introducción precoz de alimentos complementarios la causa de que se vean
afectados de obesidad al crecer, no la lactancia natural.

MITO: “El éxito de la lactancia depende del tipo de parto, de la
forma de los pezones y del tamaño de lo
pechos”

REALIDAD: El éxito de la lactancia está
relacionada con la información que reciba la madre, su confianza en sí misma,
colocar frecuente y eficientemente el bebé al pecho. Y no tiene que ver con la
forma de los pezones, tamaños de los pechos o tipo de parto. Los pechos pequeños
amamantan tan bien como los más grandes. La forma de los pezones en general no
afectan la lactancia, sin embargo hay situaciones particulares, tales como
pezones umbilicados o extremadamente grandes que tienen dificultades al
principio, que pueden tratarse oportunamente por el médico con conocimiento en
el tema. Finalmente, el tipo de parto, la medicación que recibió la madre o
incluso complicaciones asociadas al posparto, pueden afectar el inicio de la
lactancia, pero se puede revertir la situación.

MITO: “Si llora es por hambre, y porque la leche de la madre no le
alcanza”

REALIDAD: Lamentablemente es muy frecuente
asociar el llanto solo al hambre, esto es un error que conduce a la madre a
suplementar con biberón a su bebé, convencida de que su leche no le alcanza. La
realidad es que la única forma que tiene un bebé de comunicarse es con el
llanto, y no solo indica que tiene hambre, con el llanto también pide contacto,
consuelo, transmite miedos, insatisfacción, dolor, etc. Los padres aprenderán a
satisfacer sus necesidades y a interpretar el llanto de su bebé, que no solo
llora por hambre. La lactancia materna frecuentemente los calma, no solo
porque le brinda alimento, sino porque además le da al niño el contacto amoroso
de su madre, con su olor, su calor, sus latidos, su voz, su mirada. Amamantar,
entonces es mucho más que brindar el alimento ideal, y el bebé lo puede pedir
con mayor frecuencia que la sola necesidad de alimentarse. Entonces, si
el bebé llora, la madre intuitivamente ofrecerá el pecho, porque su hijo se
calma, y no significa de ningún modo baja producción. Por último si el bebé
llora de hambre, lo que está pidiendo es pecho de nuevo y no un biberón.


http://www.paraelbebe.net/mitos-y-realidades-sobre-la-lactancia-materna/

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